Prueba. Patricio Guglialmelli. despues de un grave accidente
Cuenta que pudo vivir en carne propia los beneficios de la equinoterapia. Todo comenzó a partir de una nota que su mamá leyó en un diario. Hacía unos años que había perdido su pierna derecha y que su brazo izquierdo había quedado paralizado tras un accidente en moto. Patricio Guglialmelli tenía 20 años. Hoy, a los 44 y con una pierna ortopédica, da clases a otras personas con discapacidad y representa a la Argentina en campeonatos internacionales de equitación paraecuestre. "Compito con personas sin discapacidad en una disciplina en la que se realizan figuras y movimientos con el caballo al paso, al trote y al galope", cuenta a Clarín en su escuela de equitación de Tortuguitas. Patricio recuerda que, en los primeros años de tratamiento, se fortalecieron los músculos de su espalda, su pierna derecha ganó fuerza, y se sintió muy motivado al volver a montar un caballo, algo que había aprendido cuando era chico. "Siempre les digo a los padres de nenes con problemas que llegan a mi escuela: 'El caballo no es un manosanta, no cura, pero ayuda muchísimo' ".